jueves, 9 de mayo de 2013

Deletréame



El balcón está inundado del nostálgico azul del cielo mientras tus huellas aterrizan en mi alma. 
Titilantes tus palabras en mi oído como cartitas de amor, mientras el día envejece y ya deja sus arrugas sembradas en el jardín. Las flores aún no están marchitas pues el agua les susurra de cuando en cuando y entonces nos volvemos figuritas tras los vidrios empañados, inventando la seducción.

Suspirando de nuevo.


He decidido volver, creo en un afán de desahogo y también en un afán de retomar las letras que se me han ido ausentado por tanto tráfico laboral y estudiantil.
Estoy un poco temerosa, no quiero desaparecerme de nuevo entre la multitud pero tampoco quiero unirme a ella. Es una extraña sensación, como tener la cabeza en el polo sur y los pies en el polo norte. 
Vengo recargada, aunque mantengo conmigo algunos malos tragos del pasado que aún me atormentan, no obstante he sabido comprender que esto no es porque su fuerza sea más poderosa que la mía, es simplemente porque soy yo quien las ato diariamente a mi vida; como amarrarse los zapatos para no tropezar por el camino o quizás es necesidad de sentirme atrapada y mantener la mente ocupada.
De cualquier manera estoy re abriendo la cortina para que entre la luz cálida de la mañana, esa que te encandelilla un poco mientras te mantiene despierto disfrutando del olor del día. 

Hablemos de este regreso como un suspiro, uno muy hondo que se acerque a lo sentimental sin sumergirse en ello por completo.