Imaginaba el día en que se asomará tu pequeña mascota detrás de los cristales y sin aviso alguno saliera corriendo tras de mí en busca de su gran bola de lana. Aún con más deseo, te imagino saltando entre las pequeñas piedras que obstaculizan tu camino, con tal alegría que no pudieran derrotarte.
...Camina por ahí, en busca de ti mismo, siente cómo el aire entra por tu boca y recorre tu organismo cual si fuera un laberinto. Levanta tu mano izquierda (si eres surdo la derecha, para romper la rutina), quítate el estrés de la espalda, déjalo enredado en cualquier hoja de árbol y tan sólo camina. Observa cómo tu pie desentona con el otro por momentos... al final del recorrido siempre se encontrarán. ¿Sientes cómo eres bueno para algo? Te empeñas en buscar tu profesión cada día, ocultando que lo tuyo es vivir convirtiendo lo más cotidiano en un símbolo universal.
Si para entonces no has sentido qué es vivir, no te apures en coordinar tus pies, retoma el estrés en tu espalda, camina y tropieza con cada piedra, no dejes que el animal se asome a la ventana y de ésta manera yo estaré despertando de nuevo para iniciar mi rutina.
"ocultando que lo tuyo es vivir convirtiendo lo más cotidiano en un símbolo universal. "
ResponderEliminarme hiciste acordar a Kant con su imperativo categorico: «Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal».
:) me gusto leerte.