Sumergirse, aguantar la respiración mientras pequeñas burbujitas inundan el momento; es un millón de colores a tu alrededor, es la oscuridad y la luz enfrentadas por segundos. Y yo, con mi traje de princesa bailo a pasos ciegos con el viento y sonrío tan fuerte, tan alto, tan rápido, tan fugaz.
Retorné, el equilibrio tiene prisa queriendo posarse de flor en flor como una mariposa, no hay eternidad absoluta pero sí, hay instantes de suerte, de destino, de dicha, de magia, de vivir.
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