jueves, 19 de enero de 2012

Des-entonar


Cada vez que camino en la calle intento descubrir qué piensa aquel extraño que va del otro lado de la acera.

No es fácil dejar de ser egoísta por un momento y pensar en el otro, ¿qué le preocupa, por qué tanto afán, estará enamorado? Un millón de preguntas invaden mi mente y sin embargo, no son más que personas del vaivén cotidiano.
Quisiera estar desentonando mediante una sonrisa sus caras serias y aplastadas que cubren una capa inmensa de cansancio, de ahogo, desespero, de ambición o de necesidad...entonces mi aspiración de alegría se esfuma y me encuentro de pie en medio de un montón de extraños que concuerdan conmigo.

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